Aunque hay diversas iniciativas por un uso sostenible del parque, la posición estratégica que ocupa el Parque es también uno de sus peores enemigos: tendidos de alta tensión eléctrica relacionados con grandes polos industriales o con conexiones con el vecino Marruecos, parques eólicos que devoran paisajes naturales convirtiéndolos en campos de máquinas metálicas, proyectos de autovías, de grandes presas, infraestructuras militares, el cambio climático son algunas de las amenazas o realidades en mayor o menos grado de
concreción real y que hacen dudar de la efectividad de la protección que
ahora posee cuando se contrapone a otros intereses económicos o "de
interés general".
La internalización de las políticas medioambientales en el seno de
políticas de ordenación del territorio y sus recursos es algo que aún
está por asumir por el resto de las administraciones del estado. La
juventud de la normativa de protección y la falta de tradición en su
aplicación ha sido hasta ahora la excusa perfecta para que fuese
considerada como un mero trámite administrativo más o una simple
molestia superable. Sin embargo, se están empezando a tomar medidas,
como la revisión de la práctica ancestral del descorche, que provoca un
envejecimiento de los alcornoques y necesita asegurar su correcta
reposición, o la gestión de sus recursos acuíferos.
Proyecto: Los Alcornocales
miércoles, 22 de mayo de 2013
Equipamientos de uso público
El parque dispone de 1 centro de gestión y varios centros de visitantes:
- Oficina de Gestión del Espacio Natural en la carretera A-2228, Alcalá-Benalup, km 1 Alcalá de los Gazules
- Centro de Visitantes "El Aljibe", en las afueras de Alcalá de los Gazules
- Centro de visitantes "Huerta Grande", Algeciras
- Centro de visitantes "Cortes de la Frontera" - Cortes de la Frontera (Málaga]
- Centro de Educacion Ambiental "Aula de la Naturaleza El Picacho" Alcalá de los Gazules
- Zona recreativa y de Acampada "La Sauceda" - Cortes de la Frontera (Málaga)
- Área de acampada "Los Tornos" en Facinas
- Zona recreativa "Charco Los Hurones" en Jerez de la Frontera
- Área recreativa "Molinos del Raudal" en Los Barrios
- Ruta de los Molinos
- Ruta Rio Hozgarganta
- Ruta Garganta del Puerto Oscuro
- Ruta de la Laguna del Moral
- Ruta del Río de la Miel
- Ruta del Río Guadalmesí
- Ruta de San Carlos del Tiradero
- Carril de cicloturismo La Sauceda
- Vereda Ubrique-Asomadillas en Jimena de la Frontera
- Sendero de Subida a El Picacho
- Sendero de Subida a El Aljibe
- Sendero Travesía del Aljibe
- Sendero Canuto de Risco Blanco
Los Alcornocales está enclavado en un lugar estratégico, junto a él se unen el Atlántico con el Mediterráneo y, casi, Europa con África.
La posición geográfica es uno de los aspectos que más han marcado los
avatares de su patrimonio, tanto de carácter natural, como cultural. Su
poblamiento comienza hace decenas de miles de años, tal y como
demuestran yacimientos arqueológicos cercanos pertenecientes al hombre Neandertal, o los restos de grabados y pinturas ruprestes que se remontan al Paleolítico y Neolítico Pero son sin duda los abrigos de la Edad de Bronce los que más llaman la atención del visitante. Del más de medio centenar de cuevas existentes, destacan por su valor artístico y por su singular temática la Cueva del Tajo de las Figuras, considerada como la capilla sixtina del arte rupestre esquemático; la Cueva de la Laja Alta que alberga un pequeño catálogo de las primeras embarcaciones que surcaron el mediterráneo procedentes de oriente; y el Cueva de Bacinete con más de un centenar de representaciones pictográficas en magnífico estado de conservación.
Tras los primeros pobladores, otros muchos se asentaron en este espacio, superponiéndose culturas y civilizaciones, que han aportado un peculiar matiz etnológico y un legado de fantástica riqueza: monumentos megalíticos, restos ibéricos, fenicios, romanos, fortalezas árabes, etc. Muchos de los pueblos que hoy integran el parque natural alcanzaron su apogeo durante el reinado nazarí, cuando constituían la línea fronteriza occidental del Reino de Granada. Todavía hoy conservan muchos rasgos andalusíes en sus cascos históricos, típicos de pueblo blanco serrano. Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera o Medina Sidonia son magníficos ejemplos de ello.
Otro importante pasaje de estas tierras se produjo durante la Guerra Civil Española, cuando ciudadanos leales a la república huyeron a los montes del parque, donde fueron capturados y torturados en episodios como el de Cortijo de El Marrufo.
Tras los primeros pobladores, otros muchos se asentaron en este espacio, superponiéndose culturas y civilizaciones, que han aportado un peculiar matiz etnológico y un legado de fantástica riqueza: monumentos megalíticos, restos ibéricos, fenicios, romanos, fortalezas árabes, etc. Muchos de los pueblos que hoy integran el parque natural alcanzaron su apogeo durante el reinado nazarí, cuando constituían la línea fronteriza occidental del Reino de Granada. Todavía hoy conservan muchos rasgos andalusíes en sus cascos históricos, típicos de pueblo blanco serrano. Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera o Medina Sidonia son magníficos ejemplos de ello.
Otro importante pasaje de estas tierras se produjo durante la Guerra Civil Española, cuando ciudadanos leales a la república huyeron a los montes del parque, donde fueron capturados y torturados en episodios como el de Cortijo de El Marrufo.
La riqueza faunística del parque viene determinada igualmente en gran
parte por su posición geográfica. La posición en el extremo más
meridional de Europa le convierte en paso periódico obligado, hacia y desde África, de millones de aves migratorias
que convergen en esta zona en su búsqueda estacional de alimento y de
un clima más benigno para su desarrollo. Por ello, Los Alcornocales es
un verdadero paraíso para los aficionados a la ornitología, que acuden año tras año a contemplar el paso fundamentalmente de las aves planeadoras: cigüeñas, milanos, halcón abejero, águila calzada y culebrera, buitres, alimoches y un sin fin de otros muchos pájaros
que recuperan energías en el Parque o esperan que las condiciones
climatológicas sean favorables para el siempre problemático paso del Estrecho de Gibraltar.
También son importantes las poblaciones de mamíferos por su variedad y abundancia. Con un poco de suerte, en Los Alcornocales pueden observarse meloncillos —en el Parque se conservan las mayores poblaciones europeas de esta mangosta—, ginetas, nutrias, turones, gato montés y comadrejas entre los carnívoros, y ciervos, cabra montés y corzos entre los herbívoros. Estas sierras tienen el privilegio de albergar la última población de corzos andaluces de la raza denominada morisca, en el límite suroccidental de la distribución mundial de la especie. En cuanto a la presencia del lince, los datos actuales se muestran contradictorios, pero es posible que existan algunos ejemplares en los bosques más recónditos, lejos de la presencia humana. También hay citas de la araña negra, (Macrothele calpeiana), y algunas poblaciones de libélulas en peligro de extinción sus arroyos.
También son importantes las poblaciones de mamíferos por su variedad y abundancia. Con un poco de suerte, en Los Alcornocales pueden observarse meloncillos —en el Parque se conservan las mayores poblaciones europeas de esta mangosta—, ginetas, nutrias, turones, gato montés y comadrejas entre los carnívoros, y ciervos, cabra montés y corzos entre los herbívoros. Estas sierras tienen el privilegio de albergar la última población de corzos andaluces de la raza denominada morisca, en el límite suroccidental de la distribución mundial de la especie. En cuanto a la presencia del lince, los datos actuales se muestran contradictorios, pero es posible que existan algunos ejemplares en los bosques más recónditos, lejos de la presencia humana. También hay citas de la araña negra, (Macrothele calpeiana), y algunas poblaciones de libélulas en peligro de extinción sus arroyos.
Especies Arbustivas
Ficus carica - Higuera
Quercus coccifera - Roble
Quercus ilex -Encina
Quercus suber - Alcornoque mediterráneo
Quercus pyrenaica - Quejigo
Quercus canariensis - Roble andaluz
Quercus faginea - Roble valenciano
Alnus glutinosa - Alno
Cistus crispus - Jara rizada
Cistus albidus - Jara blanca
Cistus ladanifer - Jara pringosa
Cistus monspeliensis - Jaguarzo negro
Quercus coccifera - Roble
Quercus ilex -Encina
Quercus suber - Alcornoque mediterráneo
Quercus pyrenaica - Quejigo
Quercus canariensis - Roble andaluz
Quercus faginea - Roble valenciano
Alnus glutinosa - Alno
Cistus crispus - Jara rizada
Cistus albidus - Jara blanca
Cistus ladanifer - Jara pringosa
Cistus monspeliensis - Jaguarzo negro
VEGETACIÓN
El parque se caracteriza por el bosque de alcornoque más extenso de España y uno de los más grandes del mundo, en un magnífico estado de conservación aunque manteniendo el aprovechamiento humano del corcho.
A diferencia de los montes alcornocales de otras latitudes donde la
espesura es baja, en esta zona los árboles forman auténticos bosques
acompañados de una rica y variada vegetación arbustiva y herbácea en
íntima conexión, que asegura la regeneración natural del bosque, una
buena mezcla de edades, y una biodiversidad florística y faunística muy elevada.
Pero, además de alcornocales, el Parque tiene representadas otras masas forestales importantes tanto cualitativa como cuantitativamente. Merecen destacarse los bosques de quejigos o robles andaluces, relictos de épocas pasadas que conforman bosques de indescriptible belleza, donde la humedad ambiental y edáfica es la protagonista, con los troncos y ramas colonizados por líquenes, musgos, helechos epífitos y algunas plantas superiores que trepan en busca de la necesaria luz que escasea al nivel de suelo por causa de la elevada densidad de la cubierta y el gran tamaño que alcanzan las hojas de éste árbol. También es normal la presencia de otras especies típicas del bosque mediterráneo, como acebuches, y roble melojo.
El terreno es de sierras relativamente suaves, de hasta 1.000 msnm, con algunos valles encajonados denominados canutos en los que corren pequeños arroyos de montaña, que propician la otra característica fundamental del parque y la comunidad vegetal más relevante desde el punto de vista científico, unos bosques de galería de tipo subtropical o laurisilva que son únicos en la Europa continental, con presencia de laurel, rododendro, avellanillo, durillo, aliso, acompañados por acebo y helecho, sumamente raro en estas latitudes, aunque este tipo de vegetación ocupaba la mayor parte del centro y sur de Europa durante la Era Terciaria. Los Alcornocales cuenta con el honor de poseer en varios de sus canutos el tipo de planta vascular más antigua que vive sobre la tierra, un helecho que únicamente puede encontrarse en varias zonas tropicales del planeta en áreas alejadas varios miles de kilómetros de su ubicación europea.
Pero, además de alcornocales, el Parque tiene representadas otras masas forestales importantes tanto cualitativa como cuantitativamente. Merecen destacarse los bosques de quejigos o robles andaluces, relictos de épocas pasadas que conforman bosques de indescriptible belleza, donde la humedad ambiental y edáfica es la protagonista, con los troncos y ramas colonizados por líquenes, musgos, helechos epífitos y algunas plantas superiores que trepan en busca de la necesaria luz que escasea al nivel de suelo por causa de la elevada densidad de la cubierta y el gran tamaño que alcanzan las hojas de éste árbol. También es normal la presencia de otras especies típicas del bosque mediterráneo, como acebuches, y roble melojo.
El terreno es de sierras relativamente suaves, de hasta 1.000 msnm, con algunos valles encajonados denominados canutos en los que corren pequeños arroyos de montaña, que propician la otra característica fundamental del parque y la comunidad vegetal más relevante desde el punto de vista científico, unos bosques de galería de tipo subtropical o laurisilva que son únicos en la Europa continental, con presencia de laurel, rododendro, avellanillo, durillo, aliso, acompañados por acebo y helecho, sumamente raro en estas latitudes, aunque este tipo de vegetación ocupaba la mayor parte del centro y sur de Europa durante la Era Terciaria. Los Alcornocales cuenta con el honor de poseer en varios de sus canutos el tipo de planta vascular más antigua que vive sobre la tierra, un helecho que únicamente puede encontrarse en varias zonas tropicales del planeta en áreas alejadas varios miles de kilómetros de su ubicación europea.
CLIMA
Dada la posición geográfica de Los Alcornocales, el clima dominante en la zona es, lógicamente, mediterráneo
con influencia atlántica, pero una serie de factores contribuyen a
singularizarlo. En primer lugar, la cercanía al mar provoca un efecto
amortiguador de la oscilación térmica, manteniéndose éstas muy constantes y suaves durante todo el año. A ello hay que unir unas lluvias
anuales que superan prácticamente los 800 L/m², llegando en
determinadas zonas a más de 1.400 gracias a los frentes oceánicos que lo
barren de oeste a este durante los meses de otoño, invierno y
primavera. En las sierras del sur, cabe destacar además la presencia de nieblas veraniegas conocidas como las barbas del levante,
que proporcionan humedad ambiental y valiosísimas precipitaciones
horizontales en la larga estación seca característica del clima
mediterráneo. Todos estos factores contribuyen a crear un microclima especial, de características muy similares al existente en zonas subtropicales y macaronésicas, que favorece el crecimiento de una exuberante vegetación selvática, que ha sido el origen del calificativo otorgado a Los Alcornocales: la última selva mediterránea.
El viento es también un factor a tener muy en cuenta en el Parque. La cercanía del estrecho de Gibraltar y la disposición norte-sur de las serranías más litorales, condiciona su frecuencia e intensidad, llegándose a alcanzar los valores más altos de toda la península ibérica, prueba de lo cual es la existencia del mayor campo de producción de energía eólica de toda España.
El viento es también un factor a tener muy en cuenta en el Parque. La cercanía del estrecho de Gibraltar y la disposición norte-sur de las serranías más litorales, condiciona su frecuencia e intensidad, llegándose a alcanzar los valores más altos de toda la península ibérica, prueba de lo cual es la existencia del mayor campo de producción de energía eólica de toda España.
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